Vamos a empezar por un simple número, el dos. Dos son los ojos que tenemos, los brazos, las piernas, las manos... Dos son los segundos que me hacen falta para darme cuenta de que eres la personas más perfecta de este planeta. Dos son los tipos de sexo que puede tener una persona. Dos son las personas que te hacen falta para pasar una tarde perfecta. Dos. Tú y yo también somos dos, pero con complejo de uno. Es gracioso,somos dos pero uno. También es gracioso que solo tengamos dos ojos, orejas, y solo una boca. ¿Para qué más? La otra boca que quiero es la tuya. Y a ese número dos, le vamos a añadir un nueve y un mes septiembre, ah, y un año, 2011, esa pasó a ser la fecha por la cual soy la más feliz de este mundo. En esa fecha caí rendida ante ti. Soy esa a la que le has dibujado una sonrisa permanente que parece grabada a fuego. Esa que sabe por fin lo que es la felicidad, a la que le tiemblan las manos intentando escribir tan solo unas líneas. Quizá dentro de unos días pueda hacerlo mejor, o quizás no, estar junto a ti es emoción cada segundo que pasa. Estar contigo es un sueño que se ha hecho realidad. Una realidad de ensueño. Te quiero. Y te quiero para siempre. Porque contigo no hacen falta palabras para poder decirlo todo. Me miras y me entiendes. Me sonríes y me das vida mientras haces que me cueste respirar. Porque me siento siempre la mujer más afortunada del mundo. Tu y yo, vamos a hacer historia, nuestra historia.