-La verdadera felicidad no se esconde detrás de una gran sonrisa.

La niña que no dejaba de sonreír lo hizo, nadie realmente sabia el motivo, pero sus ojos azules, estaban más azules que nunca, bañados en lágrimas, sus delicados labios, tenían una forma de la típica tristeza, pero no de la pasajera, no debería sentirse así, nos hacia sentirnos tristes a nosotros, porque normalmente su sonrisa nos alegra la cara. El que ella no sonriera era como un pequeño remolino que se llevaba la felicidad de nuestro alrededor, era un escalofrío que recorría todo nuestro cuerpo, por eso cada persona del mundo se acercaba a ella, intentándole hacer sonreír, pero lo único que hacia  era cruzarse de brazos y dar golpecitos en el suelo con sus pequeños zapatos de charol, como si estuviera esperando a alguien, como si se sintiera sola, pero lo que realmente le pasaba era que se dio cuenta de que una vida mejor es posible, porque aunque nosotros pensáramos que por tener esa sonrisa era la persona mas feliz del mundo, no era así, porque la verdadera felicidad no se tiene porque esconder detrás de una gran sonrisa, porque alomejor simplemente se esconde en el pico de el pájaro que vuela cada tarde de verano, o de la luz de aquella vela que ilumina cada noche. Puede que las cosas no sean como realmente creemos que son, porque la gente sabe engañar, porque es una cosa que nos enseñan, que nos enseñan sin darse ni cuenta, pero aveces eso se necesita, simplemente por el echo hacer felices a los demás.